jueves, 29 de enero de 2009
¬¬...
jueves, 8 de enero de 2009
Aromamor...
Yo no soy de esos que andan gritando a los cuatro vientos sobre lo que creo es el amor, para eso están los profetas.
Tampoco soy de los que prostituyen esa palabra, y que todos los meses suelen amar a una mujer distinta.
No suelo escribir del amor, pero si suelo escribirle a la mujer que amo, aunque son pocas las veces que he mostrado a ella versos que he escrito.
Quizás no sea el hombre mas romántico del mundo, pero mi amor es intenso y profundo. Porque a la mujer que amo me demore por lo menos siete meses en decirle que la amaba, pero lo dije cuando realmente lo sentí, no para sonar romántico, ni para conseguir algo, simplemente porque lo sembrado y cuidado con guantes de seda había empezado a florecer y estaba listo para ser cosechado, tome mi pala, me puse un sombrero, y botas de agua, era un día hermoso, el día que aquel fruto que tanto había cuidado estaba listo para ser entregado a la persona que había inspirado la siembra.
Creo que también un poco de miedo atormenta al enamorado que dice por primera vez aquella palabra, aunque sabe que de palabra será correspondido, no sabe si de corazón lo será.
Pero para mi era distinto, le había entregado tanto cariño y dedicación a lo que había cosechado aquel día, que no temí obsequiarlo. No temí, porque desde el primer día que la vi supe que estaría a mi lado, y así fue, lo supe porque ella lo dijo aquel día, pero no salio de su boca, ni de sus letras, salio de sus ojos, de su mirada. Aquella que era incapaz de sostener cuando con la mía cruzaba, que disimulaba, pero no podía evitar volver hacia mi.
Pero todo fue mutuo, como si estuviésemos solos, jugando entre los dos y las personas que nos acompañaban solo adornaban el espacio que dejamos vacío a nuestro alrededor.
Creo que ese día fue uno de los más especiales e inolvidables, no solo por el hecho de haberla conocido, sino que desde ese día no me pude olvidar de su mirada, de su sonrisa, y su piel.
No necesite hacerla sentir especial con palabras, ni tampoco con poesía barata que han ocupado desde siempre hombres incapaces de imaginar que existe poesía sin apelar al mar, el sol, la luna, las estrellas, o las flores, con frases que hasta un niño de diez años podría escribir, es que son tan comunes que parecen estar el la retina de todo hombre, incrustada en la memoria, al lado de la idea de justicia, de amor o de bondad que traemos de vidas pasadas.
Pero estoy tranquilo, no me intimidan hombres tan básicos como estos, que cuando acaben con su poesía barata se autodestruirán, ya que, cuando quieran hacer sentir especial, realmente especial a una mujer, no podrán.
Yo no necesite palabras para conquistar, porque ella no necesito palabras para conquistarme, nos conquisto la idea de estar juntos, eso fue lo especial, porque las palabras se las lleva el viento, y cuando ella conozca nuevamente a alguien que la haga sentir lo mismo que sintió cuando la conocí olvidara las palabras y no dudara en dejar el castillo de paja y cartón que las palabras baratas construyeron, para emigrar a un castillo de roca que tiempo antes había conocido conmigo.
Ya que los sentimientos uno no los controla y jamás controlará, eso es lo hermoso del amor, que uno no busca sentirlo, solo lo siente, y no puede evitar arriesgarlo todo, pero no nos olvidemos que el amor es de dos, y algo que no es sólido y se construye sobre arena esta destinado a desaparecer, puede durar un tiempo, no lo niego, pero no aguanta tempestad.
Debe ser triste conquistar a una mujer que no sintió cosquilleos la primera vez que nos vio, porque yo no me atrevería a conquistar a una mujer con palabras, porque no soy un hombre de frases copiadas, de esos hombres sobran, prefiero sentir, prefiero mirar, prefiero palpar, para saber si este amor es de verdad real.